Mercados de EE. UU.
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Por qué tu carrito de compras de repente cuesta más en EE. UU. — y qué hay detrás
Encuentras un producto. El precio parece justo. Navegas por la tienda — todo está en orden.
Hasta llegar al pago.
De repente, hay un cargo de aduana. No es enorme, pero sí notable. Y te quedas preguntándote: ¿Por qué?
La respuesta es simple: Porque vives en Estados Unidos. Y porque los aranceles aquí no son estables — son políticos.
🧾 Lo que ves de nosotros — y lo que tu país añade
En nuestra tienda, te mostramos el precio neto. Ese es el valor base del producto — sin impuestos, sin derechos de aduana.
En el pago, lo desglosamos claramente:
- Precio del producto
- Impuesto sobre ventas en EE. UU. — varía según el estado
- Derechos de aduana — varían según el producto y decisiones políticas
No hacemos esto para confundirte. Lo hacemos para ser transparentes.
Ves lo que estás comprando. Y ves lo que tu país añade encima.
🛃 Los aranceles no son una ley de la naturaleza
En muchos países, las tarifas de importación son predecibles.
En la UE, por ejemplo, el impuesto de importación es solo el IVA local — claro, estable y consistente.
En EE. UU., es diferente:
- Los aranceles no los fija el Congreso — a menudo se imponen por orden ejecutiva
- Pueden cambiar de la noche a la mañana
- No se aplican por igual a todos los productos
- Y no se aplican por igual a todos los países
Un producto que hoy está libre de impuestos podría costar un 25% más mañana — no por nosotros, sino por Washington.
💬 Por qué no lo ocultamos
Podríamos incluir los aranceles en el precio y mostrarte un número más alto desde el principio.
Pero eso sería injusto — porque:
- No todos los estados de EE. UU. cobran el mismo impuesto
- No todos los productos son tratados igual
- Y no todos los clientes deberían pagar por la volatilidad política
Así que te mostramos el precio neto — y dejamos que tu país calcule el resto.
Transparencia en lugar de engaño. Claridad en lugar de confusión.
🧠 Lo que deberías llevarte
Si te preguntas por qué tu carrito de compras de repente cuesta más:
No preguntes al comerciante. Pregunta a Washington.
Los aranceles no son un servicio. Son una herramienta política.
Y tú eres quien los paga — no nosotros.
Si tienes preguntas, contáctanos. Estamos felices de explicar cómo se construye tu precio.
Porque la claridad no es un lujo. Es donde comienza el cambio.